Establecer
como se establece el comienzo.
Salpico los ojos de los payasos
en el arco.
Embalo,
corro,
me lluevo...
Lluevo boreal
en la relatividad de mi mundo.
Me fragmento
con los saltos de los pasos
que doy.
Y la ventisca me vuela
en un monoplano de vivencias.
Salpico,
establezco botines,
alferez,
bocinas,
vidas,
calamidades...
Trabuco,
lavo,
ciego,
ensucio barrenderos
cliptodontes
príncipes...
Establezco.
Publicado en Molino de Tierra, Fondo Editorial Rionegrino EUDEBA, 1987.
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