Construía con ladrillos
las casas de azulejos
alrededor de imperturbables aristas
a martillazos rítmicos
resonando
son las ideas confusas,
y los dobleces de la ropa
desplanchados...
Construía con calzadas
las veredas de sus sueños
a través de las hendijas
vidriosas- cicatrizadas
a pasos monótonos
ecos
pataleando sollozos de niños
con las cunas de mimbre
y los cielos negros
brillosos.
Y destruía,
construyendo
con guardas de ropas
de guardas de trenes
y construyendo...
con traqueteos,
y zaguanes de galerías largas.
Y construía,
con risas
y cicatrices
concientizándose,
serena,
mediante los destrozantes rasguños
de sus dioses.
Y destruía,
eternamente construyendo
con lágrimas en los ojos
y los labios en surcos
y los pómulos gastados...
a la par de ronroneo del gato
y el pasar del regador...
Conjuntamente,
con binoculares
e imágenes dobles,
cuádruples...
Construía
en el almacén de la esquina
entre las frutas y las verduras
y la carne.
Construía con la carne
tibia
acariciante
en las noches claras
en el reflejo de su vientre pálido...
Construía,
de a poco
tan rápido-lentamente
en un instante.
Volando sobre sólo un ala.
En Molino de Tierra, Fondo Editorial Rionegrino, EUDEBA, 1987
las casas de azulejos
alrededor de imperturbables aristas
a martillazos rítmicos
resonando
son las ideas confusas,
y los dobleces de la ropa
desplanchados...
Construía con calzadas
las veredas de sus sueños
a través de las hendijas
vidriosas- cicatrizadas
a pasos monótonos
ecos
pataleando sollozos de niños
con las cunas de mimbre
y los cielos negros
brillosos.
Y destruía,
construyendo
con guardas de ropas
de guardas de trenes
y construyendo...
con traqueteos,
y zaguanes de galerías largas.
Y construía,
con risas
y cicatrices
concientizándose,
serena,
mediante los destrozantes rasguños
de sus dioses.
Y destruía,
eternamente construyendo
con lágrimas en los ojos
y los labios en surcos
y los pómulos gastados...
a la par de ronroneo del gato
y el pasar del regador...
Conjuntamente,
con binoculares
e imágenes dobles,
cuádruples...
Construía
en el almacén de la esquina
entre las frutas y las verduras
y la carne.
Construía con la carne
tibia
acariciante
en las noches claras
en el reflejo de su vientre pálido...
Construía,
de a poco
tan rápido-lentamente
en un instante.
Volando sobre sólo un ala.
En Molino de Tierra, Fondo Editorial Rionegrino, EUDEBA, 1987
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