Extracto

Revista Propiedad Horizontal (1985-1997)
Poemas del libro MOLINO DE TIERRA (1987)
Periódico Democracia en Movimiento- Córdoba (1993-1996) y Cuadernillo de Cultura- General Roca (1980)

Textos y audio del Grupo Palabras (1988, 1989)
Textos del libro NO SE, AMOS (1991)
Revista desde el Andén (2006-2009)

Parte de las fotos incluídas fueron tomadas por mi cámara.


Para ver textos actuales, en Silvia A. Sánchez, una escritora

20090608

HORMIGA (EL)


Se sentó en el dorado mosaico con las piernas acurrucadas, y comenzó a manotear las hormigas rojas que se le subían a la espalda hasta el cuello.

Era incómodo, pero algunas veces necesitaba hacer un descanso y sentarse. Andar todo el día corriendo no era saludable.

Manotazo va y manotazo viene, escuchaba el sonar de la música de los que bailaban enfrente. Pasos, traqueteos, tacos, ritmo, piano con patas altas, seguramente; nadie se animaba a quedar sentado: piano para tocar de pie.

Los comunicados radiales insistían en la necesidad de emplear buenos calzados para resistir la "vida de pie"; pero la calidad de fábrica era disminuyente; y ahora los zapatos, zapatillas, sandalias, botas, pantuflas y chancletas duraban dos semanas. Él empleaba coraje y pisos dorados, y se animaba a descalzarse y sentarse (para colmo en el suelo).

Los fluorescentes de la noche bailoteaban en su cúpula luminosa, y los haces de luz rebotaron dorados sobre el piso DORADO del hombre en cuclillas. La luz subió desde el piso, por los pies, las rodillas, el mentón, la boca, la nariz, ojos, frentes y pelo. Las manos no se veían sino en transparencia de rotar de manotazos.

Se puso de pie, se sacudió , dio un baño bien caliente para eliminar los restos de insecto del cuerpo y se estandarizó con corbata negra y cuellos amplios. Cuando estuvo listo, presionó el picaporte; abrió la puerta, aminoró la marcha y salió normal a cumplir noctambulez.
Los lugares públicos estaban atestados de gente de toda edad. Tomó el colectivo y logró ubicarse cerca de una ventanilla.

Miró el paisaje y se rió por dentro, él no LO era: a escondidas, pero sobre el piso dorado, solía descansar con la reverencia de los manotazos.

Llegó a la oficina, y por la imprescindibilidad de la cortesía se deshizo en saludos. Se paró en su escritorio y papeleó un rato. Luego vino el jefe, lo miró con cautela revisando palmo a palmo a su secretario IMPECABLE. PERFECTO. CORRECTO. CORTES (valiente por descansar).
Le tendió la mano en felicitaciones. El aceptó tranquilo.Los dedos se entrecruzaron con fuerza; de la mano de él, hacia él, corrió vivaz una hormiga. Se sintió el cosquilleo.

Ya no tenemos mas al jefe; ahora hay otro.


Publicado en No se, amos, Fondo Editorial Rionegrino, Ediciones Culturales Argentinas, 1991.

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