Sabiéndote cómo fuiste estoy tranquila. Sé que no me engañaste sino que te engañaste a vos mismo, a tu cuerpo que se ametralló sobre sus entornos; a tus dientes que se desafilaron sobre el pavimento de tanto escobillar la tierra y las grasas de los otros. Y engañaste a tus uñas que gastaste contra las paredes y olvidaste a tus yemas y tus dedos que una vez acariciaron mi cuerpo.
Esta noche cuando vengas no vas a encontrar mas a nadie, solo oscuridades... mientras yo me hallo desprovista, errante y vagabunda pateando piedras sobre el asfalto grasiento y duro.
Y no podrás tropezarte conmigo nunca mas, tengo la certeza, porque estoy cincelada en fibrillas de cable telefónico y atontada en un momento: CONOCI TU HIJO.
Se que no me traicionaste, que no quisiste herirme y que me amabas, sé... se que nunca fue... Capaz... desprovista... pateando piedras en la calle... escapada... de un manicomio... pero no entiende todavía lo que todos dicen:... que soy tu hermana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario