Extracto

Revista Propiedad Horizontal (1985-1997)
Poemas del libro MOLINO DE TIERRA (1987)
Periódico Democracia en Movimiento- Córdoba (1993-1996) y Cuadernillo de Cultura- General Roca (1980)

Textos y audio del Grupo Palabras (1988, 1989)
Textos del libro NO SE, AMOS (1991)
Revista desde el Andén (2006-2009)

Parte de las fotos incluídas fueron tomadas por mi cámara.


Para ver textos actuales, en Silvia A. Sánchez, una escritora

20090608

ESCRIBO


Sargrapis me enredó casi con su oreja larga mientras me escuchaba tan atentamente; y mi lengua se deshacía en mi boca alargándose hasta su misma oreja de hierro.
Sargrapis me cuestionaba cada una de todas las cosas que yo decía; y con la mirada solamente acostumbraba a investigar sobre la veracidad de mis monólogos, porque eran monólogos, casi, los que oraba.
Cierto día, mientras se me escapaba de la boca un latigazo de estúpidas palabras, Sargrapis se bamboleó para sugerirme que estaba aburriéndose de todos mis cuentos; cambié de tema y esta vez cerró los ojos, como resignándose a su mala suerte.
Me preocupé demasiado por no poder tener en él al interlocutor... No le di importancia y supuse que él tampoco. Pensé que cambiaría, que todo sería como siempre: de vuelta a lo mismo.
Sargrapis había aprendido a callar a fuerza de insultos y si pensaba, no lo sé: porque jamás lo había visto hacer nada que no fuera hábito o instinto.
Vivíamos juntos desde hacía mas de siete años. Siete años que sirvieron para demostrarme que estábamos tan sólo porque él mismo me lo había permitido. Siempre sentí que nadie me entendía, pero Sargrapis en su silencio eterno parecía haberme comprendido siempre... Yo estaba demasiado segura de mí, aunque no tanto de mi necesidad de él, de sus silencios y tonos gesticulares afirmativos o negativos ante mis monólogos perpetuos.
Hacer el amor era algo fantástico y a pesar de todo lograba hacerme la mujer mas feliz del mundo.
En este tiempo no habíamos podido tener ningún hijo y tuvimos miedo de hablarlo con alguien; por el problema suyo -usted sabe-.
Encontrarlo un día tan feliz fue demasiado sorpresa. Sargrapis era siempre triste y cuando lo veía sonreir era de a pedacitos, como ocultando o queriendo ocultar toda la felicidad que no podía desbordarle.
Esa tarde de invierno fue distinto; sonreía de lado a lado. Me esperaba con la mesa lista para cenar los dos juntos - en pareja-. Él... Él me confesó que ibamos a tener un hijo... y no entendí nada.
Cenamos a la penumbra de una vela y lavé la vajilla. Sargrapis me miraba con los ojos largos y benévolos, con su corazón de siempre...
Me enredaba con la vista mientras me veía secar los platos blancos .... (regalo de una tía).
Y él sonreía, pero su elocuente sonrisa no me dejaba hablar. Lo miré interrogante y emocionado me tomó la mano y la besó. Me dieron ganas de besarlo, debía de haberle pasado algo malo, habría escuchado algún comentario acerca mío... siempre que quería consolarme se comportaba así...
Sargrapis, lentamente, apoyó su mano en mi cuello y con cautela quejumbrosa comenzó un lento ascenso sobre sus dos piernas velludas. Ahora caminaba alrededor mío, midiendo su altura, viéndose feliz como un chico. Ahora me hablaba y me acariciaba diciendo que me quería. Ahora... ahora...

Cuando hacemos el amor recuerdo esa noche, y me callo blandiendo mis lágrimas entre los dientes, y me callo. Hacer el amor con él no es más algo fantástico...
Sargrapis no tiene silencios y yo, que sigo estando demasiado segura de su amor por mí, no logro hablarle...
Tenemos dos hijos hermosos. Somos padres, padre y madre de un varoncito y una nena.
Sargrapis habla, habla... y me enredó casi con su lengua larga mientras yo trato, continúo tratando, de COMUNICARME.


Libro No se amos, Fondo Editorial Rionegrino, Ediciones Culturales Argentinas, 1991.

Publicado también en La Amanecida. Revista Literaria on line.


No hay comentarios: