A tía Rosaura
Cuando me huelo por dentro
y me palpito…
Cuando no me animo a llorarme
los ojos.
Y cuando ya no tengo frío
allí comienzo…
En el letargo, en la penumbra,
con los cantos de las ánimas
y los pies desnudos,
elevando…
me…
Es cuando me traslado
en las andas de los tiempos
y cuando pienso que no importo,
que dadora soy de vida
… que ya no importo…
Y aún me elevo,
dejando etéreo mi recuerdo
en los otros que me vieron…
Así sí puedo,
elevarme
y dar de mí
la bruma solemne del murmullo
y dar de mí lo que queda:
la vida de mis hijos,
estancia de amor en el camino.
El recuerdo,
el ejemplo.
Cuando pude elevarme,
cuando pude,
me sentí feliz
al fin
pudiendo…
REVISTA 5
Setiembre 2006
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