Los entes caminan cansados regurgitando melodías extrañas. Ella y él, encapsulados en la ciudad monumental que ronronea autos y seduce las paredes. Ella y él, que se dicen y se dicen los números y los saltos y los días y sus vidas; que se amotinan gritando a cuatro vientos las cosas prohibidas –pero de tanto auto y tanto albergue no se oyen-. Los dos se estancan en las esquinas esperando que las ruedas pasen, y se dicen las canciones… extrañas… que quedan apioladas en las cavernas del cerebro, dando vueltas, cuando se separan…
PROPIEDAD HORIZONTAL
REVISTA 12
Diciembre 1989
Diciembre 1989
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